Opel Frontera Sport.

Historia del Opel Frontera, el todoterreno más vendido y popular de la marca alemana

En 1991 Opel presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra su primer “vehículo recreacional” con tracción a las cuatro ruedas llamado Frontera el cual fue elegido como el mejor todoterreno en 1991 y 1992.

En 1993 y 1994 se consolidó como el todoterreno más vendido en Europa, siendo Alemania su principal mercado. Se matricularon más de 320.000 unidades.

Un equipo de ingenieros internacionales desarrolló el Opel Frontera específicamente para el mercado europeo. Conseguir una atractiva imagen, el confort de un turismo, una gran funcionalidad y un buen dinamismo en carretera fueron los objetivos principales que se marcaron. Este nuevo modelo de tracción total se desarrolló junto a Isuzu, socio de Opel en aquel momento. La compañía japonesa estaba especializada en vehículos todoterreno desde 1981. El Frontera fue producido mediante joint venture por IBC Vehicles en Luton, Inglaterra.

El Frontera llegó al mercado a finales de 1991 con dos carrocerías. El Frontera Sport de dos puertas con capota dura y batalla corta contaba con un motor de gasolina de 2,0 litros que, como en otros modelos de Opel, desarrollaba 85 kW (115 CV). El Frontera de cinco puertas con batalla larga estaba disponible con el potente motor de gasolina de 2,3 litros conocido del Omega (92 kW/125 CV) o con el 2.3 turbodiésel (74 kW/100 CV). Los motores de gasolina contaban con un catalizador de tres vías de serie. La transmisión disponía de una caja de cambios manual de cinco velocidades y una caja transfer, de modo que el conductor podía elegir entre tracción trasera o tracción total; con los modos de tracción 4×4 “High” o “Low” con reductora. Opcionalmente se ofrecía un diferencial trasero de deslizamiento limitado.

El Frontera cuenta con un chasis de largueros y travesaños que también soporta la suspensión, el motor y la transmisión. La carrocería está fijada al bastidor mediante unos soportes de goma especiales -diez para el dos puertas y doce para el de cinco- que aísla de los ruidos y vibraciones. Los seis travesaños del bastidor en escalera garantizan la máxima rigidez torsional para la conducción por campo. La mecánica cuenta con soportes adicionales para facilitar su desmontaje para las tareas de mantenimiento o reparación.

En su producción, las soldaduras del chasis de largueros y travesaños se protegían con una pintura con base de polvo epoxi y los huecos se trataban con cera. La mayoría de los paneles de la carrocería son de acero galvanizado, el 90% de ellos con doble revestimiento. La carrocería también pasaba por un proceso adicional de prevención de la corrosión en diez fases. A continuación, la carrocería se fijaba al chasis y se le dotaba de unos recubrimientos para los pasos de rueda, mientras el modelo de dos puertas también recibía una barra antivuelco y una capota dura. El paso final lo completa otra capa de cera para los bajos de la carrocería, que le otorgaba al Frontera una protección óptima frente a la corrosión.

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